viernes, 25 de febrero de 2011

Elecciones en Irlanda: crimen y castigo


La República de Irlanda celebra hoy, 25 de febrero, elecciones legislativas. Los irlandeses están llamados a participar en las que presumiblemente serán las elecciones más importantes desde su independencia en 1922. Se espera que el partido que ha gobernado el país durante 61 de los últimos 79 años, el Fianna Fáil, sea castigado en las urnas y pase a ser el tercer partido en votos, por detrás de sus tradicionales rivales, el Fine Gael y el partido Laborista . La razón de este cambio histórico es, como no, la crisis económica, que se ha cebado con el país y que ha obligado al gobierno a pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Central Europeo (BCE). Es por ello por lo que dedico una especial atención a las elecciones en este pequeño país de cuatro millones y medio de habitantes, poco presente en los medios de comunicación, pero cuya relevancia actual nos obliga a detenernos en un análisis más detallado. Se trata del primer país de la eurozona en celebrar elecciones desde el estallido de la crisis de la deuda, y además el primer país en convocarlas como consecuencia directa de tener que ser intervenido por el FMI y el BCE.
 
Para entender el impacto de la crisis económica en Irlanda tenemos que contextualizar, mediante una breve explicación, el sistema económico que regía en el país insular. Desde principios de los años 90 la economía irlandesa comenzó a crecer exponencialmente; la receta, la captación de inversión exterior gracias a un impuesto de sociedades muy bajo (12,4%) y una regulación muy permisiva. Estas condiciones provocaron la llegada masiva de multinacionales al país durante los 90, paralelamente se iba creando una burbuja inmobiliaria debido al rápido crecimiento económico, a la subida de los precios de la vivienda y al surgimiento de numerosos bancos al calor de la falta de regulación. A pesar del notable crecimiento económico de los siguientes años, no hubo un aumento de los gastos sociales, el Estado de Bienestar en Irlanda no se benefició de la favorable coyuntura económica. El modelo irlandés fue apadrinado, debido a su éxito, por la tendencia neoliberal del movimiento conservador europeo, que no en pocas ocasiones adoptaban el sistema irlandés como modelo a imitar. También la UE utilizó Irlanda como símbolo del progreso económico de un país gracias a las transferencias de la Unión. Irlanda era el país más pobre de la Comunidad Europea cuando ingresó en 1973, y en 2007, meses antes del estallido de la crisis, era el segundo país con el PIB per cápita más elevado de la Unión, sólo por detrás de Luxemburgo.
Con el estallido de la crisis mundial, a raíz de las hipotecas tóxicas o subprimes, la economía irlandesa se colapsó. La inversión exterior dejó de llegar, los bancos dejaron de tener liquidez y la burbuja inmobiliaria estalló. Dos años después los datos económicos hablan por sí solos. El déficit presupuestario alcanza el 32% del PIB, la deuda pública acumulada pasó del 25% a casi el 100% en la actualidad, la economía ha caído un 11% y la tasa de paro se ha duplicado hasta el 13,3%. Los bancos irlandeses tenían un agujero de 200 mil millones de euros. Sin adentrarnos mucho en el terreno económico, son las consecuencias políticas las que responden al objetivo de este análisis. 
 
Como ya hemos mencionado, Irlanda es una democracia desde 1922, y desde 1932 un partido político, el Fianna Fáil (FF), de ideología nacionalista y conservadora, ha gobernado el país casi sin interrupciones hasta la actualidad. El crecimiento económico irlandés de los 90 se produjo durante gobiernos de este partido, así como la crisis. Por tanto los electores irlandeses no han tenido duda sobre a quién culpar de la situación actual, ya que han estado gobernados durante casi 80 años por el mismo partido. En mayo de 2007 se produjeron las últimas elecciones. El Fianna Fáil, liderado por el que había sido primer ministro irlandés desde 1997, Bertie Ahern, ganó cómodamente las elecciones con un 41,6% de los votos y 78 de los 166 escaños del parlamento o Dáil Éireann. Un año después en mayo de 2008, ya con la crisis iniciada, Ahern dimitió por presuntos casos de corrupción y fue sustituido por Brian Cowen también del Fianna Fáil. Durante los siguientes meses la catastrófica situación económica ha ido empujando al primer ministro Cowen a aceptar el rescate del BCE y el FMI, de 85 mil millones de euros, hecho que ocurrió el 28 de noviembre de 2010. Esta decisión del gobierno ha sido enormemente impopular entre la población, principalmente por dos motivos: el interés que exigen el FMI y el BCE es de un 5,85% mientrás que a Grecia le exigieron un 5,2%, por otro lado las condiciones impuestas por estas instituciones económicas a Irlanda han sido durísimas. El gobierno irlandés tiene que reducir el déficit del 32% actual hasta el 3% en 2014, tarea imposible y cuyos efectos negativos recaerán sobre las clases medias y trabajadoras según se desprenden de las primeras medidas del gobierno Cowel: 10 mil millones de euros en recortes del gasto público, despido de 25 mil funcionarios, la reducción del salario en un 10% a los nuevos funcionarios, reducción de las pensiones en un 12% y disminución del gasto en sanidad y educación. Además de bajar el sueldo mínimo por hora en un euro, reducir el nivel de ingresos a partir del cual se paga impuestos y subir el IVA de un 21 a un 23%. En cambio el impuesto de sociedades se mantiene en un bajísimo 12,4%. Este paquete de medidas de ajuste prespuestario que exonera a las empresas y multinacionales de cualquier culpa en la crisis, ha provocado el hundimiento del partido en el gobierno, el Fianna Fáil, en las encuestas. Ante este panorama, el primer ministro se vio obligado a principios de año a convocar elecciones anticipadas, empujado además por la salida de los verdes, socios de gobierno desde 2007. Con tal de no perjudicar a su partido en las elecciones, el primer ministro o Taosieach en irlandés, Brian Cowel, decidió no ser el candidato del Fianna Fáil, tomando el relevo Micheál Martin.
 
Desde los años 80 el sistema político irlandés está dominado por 5 partidos. El ya mencionado Fianna Fail “los Soldados del Destino”, lleva gobernando desde 1932, 61 de los últimos 79 años. Por tanto ha sido el partido que indudablemente ha dominado la política irlandesa durante las últimas 8 décadas. Es un partido conservador y católico, surgido de la lucha contra el dominio británico, interclasista, nacionalista y hasta los años 90 defensor del Estado como garante del Bienestar social. Sus resultados electorales han sido espectaculares con una media del 45% de votos; en sus peores elecciones en 1992 obtuvieron un 39,1%. Como partido que ha gobernado antes y durante la crisis, es el que más perjudicado sale en las encuestas, le otorgan entre un 16 y un 18% del voto, algo espectacular si lo comparamos con los datos anteriores.
El único partido que por espacios cortos de tiempo ha podido sustituir al Fianna Fáil en el poder ha sido el Fine Gael “la tribu de los Irlandeses”. Ideológicamente las diferencias con el Fianna Fáil son casi inexistentes ya que también es un partido nacionalista, católico y conservador. Su núcleo electoral tradicional son las clases medias urbanas y los grandes terratenientes. Como principal partido de la oposición ha recogido la mayoría de votantes descontentos con el gobierno actual. Según las encuestas el Fine Gael obtendría entre el 38 y el 40% de los votos, lo que colocaría a su candidato, Enda Kenny, como favorito para ocupar el sillón del primer ministro. 
 
La única alternativa real desde el centro-izquierda a los dos partidos conservadores que han acaparado históricamente la mayoría de votos en Irlanda han sido los laboristas. Sus resultados electorales han sido muy modestos, entre el 10 y el 19% durante las últimas décadas, pero gracias a sus votos han podido formar parte de algunos gobiernos del Fine Gael. Durante el otoño de 2010, cuando parecía que el gobierno iba a solicitar finalmente la ayuda del FMI y el BCE, las encuestas llegaron a otorgar hasta un 35% de intención de voto al candidato laborista, Eamon Gilmore, pero su estrella se ha ido desinflando y actualmente le situán en un 18-20% de intención de voto. 
 
Los otros dos partidos con representación en el Parlamento irlandés son el partido Verde y el Sinn Féin. El partido Verde se enfrenta, al igual que el Fianna Fáil, a una debacle electoral; con un 4,7% de votos en 2007, las encuestas más favorables le dan un 3%. Los verdes pagan el haber formado parte del gobierno de Brian Cowel. El Sinn Féin es otro de los beneficiarios, según las encuestas de la estrepitosa caída del partido gobernante. El Sinn Fein pasaría del 6,9% de votos en 2007 a entre el 10-11% hoy. Buenos resultados para el partido histórico del nacionalismo irlandés, pues fue la matriz de la que surgieron durante los años 20 el Fianna Fáil y el Fine Gael. Actualmente es un partido con poco peso en Irlanda, pero es el segundo más votado en Irlanda del Norte, parte del Reino Unido, y es conocido por ser el brazo político del IRA. Su candidato es Gerry Adams, reconocido internacionalmente por su papel en las negociaciones de paz en Irlanda del Norte. Además de estos partidos las encuestas preveen que un gran número de independientes logren un asiento parlamentario, conseguirían un 16% de los votos según los últimos estudios, el mayor porcentaje en toda la historia de Irlanda, lo que demuestra el malestar de la población hacia los partidos tradicionales.

Las elecciones de hoy, por tanto, serán históricas para el país, principalmente por el batacazo electoral del Fianna Fáil. Ante una segura victoria del Fine Gael la pregunta no es quién va a ser primer ministro, sino si el Fine Gael obtendrá los votos necesarios para gobernar en solitario o necesitará los votos de independientes o de los laboristas. No sería un escenario inédito; las pocas veces que el Fine Gael ha podido gobernar ha sido gracias a coaliciones con el partido Laborista. Gane quien gane la población irlandesa va a pasar por tiempos amargos, las condiciones impuestas por el FMI y el BCE son draconianas. Todos los partidos de la oposición han defendido la necesidad de renegociar el paquete de ayuda y sobre todo bajar el interés del rescate, que es de un 5,85%. En cuanto a quién tiene que pagar los platos rotos, el Fine Gael opta por un 70% en recortes presupuestarios y un 30% en subidas de impuestos, en cambio el partido Laborista, probable socio de gobierno, opta por un 50%-50%. La paradoja de todo ello es que por un lado no se renuncia al modelo que ha llevado al país a la crisis, ya que al no subir el impuesto de sociedades se multiplican las probabilidades de caer en los mismo errores del pasado. Por otro lado se vende el discurso de que tanto el FMI como el BCE están ayudando a Irlanda, cuando lo que están haciendo es someterla a unas rigurosísimas condiciones cuyas consecuencias sociales serán previsiblemente desastrosas. 
 
Mañana en un breve post comentaré los resultados electorales de las elecciones de hoy en Irlanda.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Las 14 falacias sobre la revolución egipcia (Parte II)

En este segundo post terminaré los 7 puntos restantes. Antes de empezar, agradecer a todos aquellos que hayáis leído el primer post, se agradece mucho. Continuo....


La Hermandad Musulmana ha estado prohibida y perseguida por Mubarak Como todo régimen dictatorial, el tirano de turno tiene que tener una excusa de cara a la comunidad internacional para ejercer el poder de forma autocrática. Para Mubarak ese chivo expiatorio ha sido la Hermandad Musulmana. Ante cualquier presión del exterior para que iniciara reformas políticas Mubarak lo dejaba claro, si se liberalizaba el régimen el poder acabaría en manos de la Hermandad o lo que es lo mismo, el islamismo. O ellos o yo, no hay término medio. Para suerte de Mubarak en Occidente siempre le hemos creído, y nuestros gobiernos no es que no hayan presionado al régimen egipcio a emprender reformas, sino que además han financiado su dictadura, sobre todo los EEUU. Todo para evitar que la Hermandad llegase al poder. Por tanto a Mubarak le ha interesado siempre tolerar la existencia de esta. Porque la Hermandad tiene oficinas, tiene empresas, centros sanitarios y educativos; hay cierta represión, si, pero menor que a otros grupos político-sociales. De hecho entre 2005 y 2010 fueron la principal fuerza de oposición en el Parlamento con 88 escaños. Mubarak ni podía ni quería perseguir a la Hermandad porque era la razón de ser de su régimen. Si la Hermandad hubiese desaparecido ¿cómo justificaría Mubarak a la comunidad internacional la falta de democracia en su país?


La Hermandad Musulmana es el único grupo organizado de la oposición Se ha repetido hasta la saciedad que la Hermandad es el único grupo de oposición organizada al régimen de Mubarak. La realidad es que existen otros grupos o partidos políticos con una cierta organización, que incluso han participado en elecciones, beneficiándose de algunos momentos de mayor apertura del régimen. El Wasat Party, creado en 1996 de una escisión de la Hermandad, defiende un islamismo liberal y ha sido el primer partido legalizado tras la caída de Mubarak. El movimiento Kifaya, surge en 2004 de la unión de diversos movimientos de protesta de diferente ideología con unos mismos objetivos: la salida de Mubarak del poder, la celebración de elecciones y un Egipto democrático. La “Asociación Nacional por el Cambio”, plataforma política de apoyo a Mohammed El Baradei, premio nobel egipcio que se ha postulado para liderar la democratización del país. El partido Wafd que desde 1983 ha sido una de las principales organizaciones políticas egipcias de la oposición, defiende la democracia liberal y en 2005 logró 6 escaños en el Parlamento. El Tagammu, partido socialista que a pesar de la falta de libertades políticas logró en las elecciones de 2010 5 escaños. Por último el partido liberal Al-Ghad, defiende la instauración de una democracia secular. Por tanto existen numerosos partidos políticos que han ido surgiendo a pesar de las numerosas trabas que durante 30 años el régimen de Mubarak les ha impuesto. Los que vaticinan una victoria segura de la Hermandad en unas posibles elecciones democráticas no han tenido en cuenta la gran variedad de opciones políticas que han germinando al calor de la represión. Además, tras el éxito de la revuelta popular, se prevé la creación de un partido político llamado “Jóvenes del 25 de enero” que agrupe a todos aquellos que participaron en la revolución.


Por muy autócrata que haya sido, gracias a Mubarak Egipto y Occidente han disfrutado de 30 años de paz en la región Este es el típico argumento que sin ningún tipo de cautela se ha utilizado desde Occidente para justificar el apoyo a dictaduras como la egipcia. El argumento es básico, no hay que retirar al dictador de turno porque aunque gobierne de forma autocrática gracias a él el país ni se ha desestabilizado, ni ha pasado a ser gobernado por nuestros enemigos. Como dijo el presidente estadounidense F.D.Roosevelt sobre el dictador nicaragüense Somoza, “es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”. Los mismos argumentos se utilizaban por ejemplo en el caso de Indonesia. Desde 1967 hasta 1998 el general Suharto gobernó de forma dictatorial el país asiático. Desde Occidente se le apoyaba argumentando primero, que gracias a él el país no pasaría a manos de comunistas o islamistas, y segundo que gracias a Suharto el país no se ha desestabilizado ni dividido. En 1998 se produce un levantamiento popular y Suharto se retira del poder. Cunde la alarma en Occidente, ¿se convertirá Indonesia en un Emirato islámico? ¿Se dividirá el país caóticamente en numerosas repúblicas independientes? ¿Habrá una guerra civil? Nada de esto pasó, 12 años después Indonesia es una esplendorosa democracia, modelo en la región, con casi todos los conflictos separatistas solucionados, el terrorismo islamista perseguido y con una economía creciendo a un 6%. Además sigue siendo un aliado regional de Occidente, y por cierto es el país musulmán con mayor población. Por tanto o bien desde Occidente dejamos de apoyar a las dictaduras y dejamos que los pueblos construyan sus propias democracias, o bien admitimos que realmente apoyamos a los dictadores porque nos son más convenientes para nuestra políticas comerciales y de seguridad. Los 30 años de gobierno de Mubarak han venido acompañados por represión, torturas, atentados terroristas, pobreza y tensión social. No han sido 30 años de paz, ni para Egipto ni para Occidente. La represión no ha hecho más que dar argumentos a los perversos ideólogos de la Yihad Islámica Egipcia, organización que años después sería “socia fundadora” de Al Qaeda.


El mayor miedo de los gobiernos occidentales es que Egipto pase a estar gobernado por los islamistas Este no es el mayor miedo de Occidente. Los EEUU y otros gobiernos europeos han apoyado y financiado a regímenes radicales islámicos en numerosas ocasiones. Dejando de lado Irán, el régimen islámico por antonomasia, la Arabia Saudí wahabbí, es uno de los principales aliados de Occidente en el mundo. Durante la Guerra Fria EEUU apoyó a los movimientos islamistas en Pakistán y Afganistán para frenar la influencia soviética en esos países. Sin ir más lejos, Afganistán actualmente es una República Islámica con el beneplácito de los EEUU y la OTAN y en Irak el gobierno se haya en manos de una coalición de partidos islámicos con elementos muy radicales. A lo que tiene miedo Occidente es a la pérdida de influencia sobre los países árabes. Lo que importa no es quién gobierne sino que sean dóciles y acaten lo dispuesto por Washington, Londres o París. Las democracias en el Tercer Mundo no interesan, siempre ha sido más fácil llegar a acuerdos con dictadores corruptibles que con demócratas con principios.


Al Qaeda apoya las revueltas o se está beneficiando de ellas Al Qaeda basa toda su actividad terrorista en el precepto de que la única manera de expulsar del poder a los dictadores árabes, su principal objetivo estratégico, es a través de la violencia. La expulsión pacífica de Ben Alí en Túnez y Hosni Mubarak en Egipto no sólo supone un varapalo a las tesis de Bin Laden si no que las anula completamente. Hace muy poco Ayman al Zawahiri, egipcio y número dos de Al Qaeda decía “el sistema en Egipto y la mayoría de los países árabes e islámicos sólo puede ser removido por la fuerza, y el régimen en Egipto no va a ceder ante ninguna tentativa pacífica de cambio, y Hosni Mubarak y su hijo no abandonarán el gobierno si no es por la fuerza”. La realidad le ha estallado, y nunca mejor dicho, a Al Qaeda en las manos. El triunfo de las revueltas supone un mayor golpe al grupo terrorista que la guerra de Afganistán. Todo ello no quita que Al Qaeda busque el fracaso de la democratización de estos países, para demostrar que sus tesis eran correctas. Por tanto es de preveer que se sucedan importantes atentados islamistas, teniendo en cuenta que Al Qaeda es casi un invento de la Yihad Islámica Egipcia y su presencia en el país norteafricano ha sido larga y sangrienta. De todos modos según una encuesta del PEW Research Center tan sólo un 20% de los egipcios simpatizan con Bin Laden o su grupo terrorista, por tanto la base de apoyo social es muy reducida. Pero como bien sabemos en España, el terrorismo no tiene capacidad de frenar la democractización de ningún país. Por último, señalar que la Hermandad Musulmana es el principal enemigo de Al Qaeda desde que a partir de los 80 se desligara de la violencia y optara por medios pacíficos para lograr sus objetivos. Lo que anula cualquier relación entre la Hermandad y Al Qaeda, a pesar de que se haya dicho en numerosas ocasiones lo contrario.


Sobre el ejército Si hay un actor político del que se ha hablado durante los acontecimientos en Egipto este ha sido el ejército. Mi intención es señalar brevemente, que cuando se habla del ejército egipcio no se puede hablar de un todo homogéneo. La mayoría de sus 470 mil miembros no pertenecen a ninguna élite político-económica, sino que son miembros del pueblo, generalmente jóvenes que no han encontrado otra forma de ganarse la vida. La cúpula militar sí que amasa gran poder económico y político. Algunas fuentes señalan que el ejército controla empresas y otros activos que suponen entre un 10 y un 30% del PIB egipcio. Pero esta cúpula formada por los altos cargos militares tampoco es totalmente compacta. Por un lado están los militares de mayor edad, entrenados en la URSS y que han participado en las guerras contra Israel. Por otro lado una segunda generación de altos cargos, más jóvenes, ha sido formada en EEUU y sería más permeable a un régimen democrático. La existencia de estas diferentes sensibilidades dentro del ejército explicaría en parte la posición vacilante de los militares durante la revuelta, ya que presumiblemente detrás del telón habría una lucha interna entre las diferentes facciones con el presidente Mubarak por el medio.


Sobre el futuro Para terminar, un breve apunte. A diario se especula sobre lo que va a pasar en Egipto, cada periodista o analista tiene su propia versión. Unos que va a ser un nuevo Irán, otros que el ejército se mantendrá en el poder, etc... Yo he intentado huir de vaticinar el futuro, cualquier previsión de futuros acontecimientos he intentado contextualizarlo y he indicando que son probabilidades y no certezas. Digo esto porque quiero terminar indicando que a día de hoy nadie es capaz de predecir con precisión lo que va a pasar en Egipto, entre otras cosas porque no hay ningún antecedente. Por tanto, sinceramente, no hagáis caso de aquellos que de forma categórica dicen qué es lo que va a pasar, cómo y cuándo. Porque la ignorancia es atrevida.


Hasta aquí los 14 puntos, espero que no haya sido extremadamente pesado, ya que me he extendido más de lo que había planeado en un primer momento. Si alguien necesita fuentes sobre el tema por favor pedírmelas. La mayoría son de periódicos (El Pais, New York Times, Washington Post) o think tanks (CSIS, CFR, Brookings, Instituto Elcano...). Sois bienvenidos a comentar lo que queráis, ya que por desgracia para mi, no tengo la verdad absoluta, una lástima la verdad...

martes, 22 de febrero de 2011

Las 14 falacias sobre la revolución egipcia (Parte I)

El 11 de febrero de 2011 Mubarak, presidente egipcio, abandonaba el poder y cedía el control del país al ejército. Terminaba la primera y más decisiva etapa de la llamada, no con mucha imaginación, revolución egipcia. Durante semanas los medios de comunicación; prensa, radio, prensa digital y televisión, centraron su atención en los acontecimientos que se sucedían de forma acelerada en el país del Nilo. Y como suele suceder en estas circunstancias, las opiniones se confundieron con los hechos, y las especulaciones con la realidad. La falta de conocimiento sobre la realidad internacional, muy patente en el periodismo español, ha sido mitigada por la participación en tertulias, debates y reportajes, de expertos en el tema, en este caso en el mundo árabe y/o islámico. A pesar de ello, tanto desde la prensa nacional como internacional se han vertido numerosas falsedades, que como siempre ocurre, a costa de repetirlas continuamente se convierten en una verdad asentada. Estas falsedades no son inocentes, tienen tras de si cierto trasfondo de antropológico en unos casos, ideológico en otros y la simple y pura ignorancia en otros. La manipulación de la información no sólo es un acto perverso si no que en ocasiones puede ser tremendamente perjudicial, en este caso para los egipcios concretamente y los árabes en general. Es por ello por lo que he decidido abrir este blog, para intentar ofrecer un punto de vista basado en la realidad de los hechos, los estudios y los datos, en fin, en la rigurosidad, ya que uno siente que no puede estar por más tiempo callado ante estos atropellos informativos. Partiendo del hecho de que la objetividad no existe, ya que somos sujetos y no objetos, trataré de ser lo más imparcial posible, que no equidistante. Con este post os doy la bienvenida a mi blog y agradeceros de antemano su lectura.

Para hacerlo de forma más gráfica, y por tanto más digerible, explicaré brevemente, una por una, cada una de las falsedades que se han ido instalando en el debate mediático sobre Egipto. He seleccionado las 14 más repetidas y difundidas. En este primer post comentaré las 7 primeras y en un segundo post las otras.

La Hermandad Musulmana (o los Hermanos Musulmanes) es un partido político islamista radical La Hermandad no es ni un partido político ni tiene una ideología concreta. Tan sólo existe un elemento aglutinador, el Islam y su papel en la política y la sociedad. Por tanto dentro de la Hermandad existen desde extremistas que podrían solidarizarse con grupos como la Yihad Islámica, hasta reformistas partidarios de una democracia pluralista. Durante la revuelta contra Mubarak, miembros de la Hermandad emitieron una serie de comunicados manifestando su posición: democracia, elecciones libres, justicia independiente y Estado de Derecho. Como la democracia cristiana en Europa, los miembros de la Hermandad defienden el papel principal de su religión en la sociedad, pero niegan que su prioridad sea instalar la ley islámica en Egipto, sólo lo apoyarían si existe un consenso nacional. Además la Hermandad ha condenado sucesivamente los atentados de Al Qaeda y desde los 70-80 está en contra del uso de la violencia y no la ha ejercido. Se ha repetido incesantemente que la Hermandad, si hubiese elecciones libres, gobernaría con toda probabilidad el país. Con esta afirmación se han dado por hecho varios elementos; por un lado está por ver si la Hermandad se presenta como un grupo cohesionado o por el contrario, y como parece más probable, dará lugar a varias formaciones políticas diferentes. Por otro lado se presupone que la Hermandad ganaría unas elecciones, cosa que es mucho especular en un país que aún no ha celebrado elecciones en libertad. Lo más probable es que la Hermandad de pie a una coalición de grupos políticos que dentro del islamismo aglutine tanto a radicales como reformistas, al menos para las primeras elecciones. Algo parecido a lo que ocurre en Irak, donde gobierna una coalición que agrupa desde sectores moderados del islamismo político hasta extremistas como el partido del clérigo radical chií Al Sadr. Lo que está claro es que la Hermandad, ni es un grupo político, es más una organización de asistencia y caridad centrada en torno al Islam, ni apoya a grupos terroristas, ni tiene una visión radical del Islam, tan sólo unos sectores, ni está claro que se presenten a las elecciones unidos, y que en ese caso las ganen.

Egipto va a ser un nuevo Irán Primero, Irán es un país persa y con una población mayoritariamente chií. Egipto es un país árabe y mayoritariamente suní. Además en Egipto hay una importante minoría de cristianos coptos (un nada despreciable 10% de la población), que se opondría frontalmente a cualquier intento de república islámica. La revolución iraní fue contra un rey y su dinastía, comunistas e islamistas fueron los que llevaron a cabo las revueltas y hubo una figura que si bien no lideró la rebelión, si que fue el símbolo de la resistencia, el ayatolah Jomeini. En el caso egipcio la revolución ha sido contra un dictador y la revuelta ha destacado por la ausencia de ideologías, ya que los discursos políticos más allá de la demanda de democracia y libertad han brillado por su ausencia. Ni los islamistas ni los comunistas han tenido un papel destacado. En la revolución egipcia no se ha impuesto ninguna figura simbólica, ha sido la revolución del pueblo. Por último el sunismo, mayoritario en Egipto, al contrario que el chiísmo de Irán no tiene un clero con una estructura jerárquica, lo que impide el establecimiento de un régimen teocrático como el de Jomeini. Es por ello por lo que tan sólo bajo el paraguas de algunas monarquías del Golfo pérsico se han instalado regímenes casi teocráticos en sociedades suníes. La única forma aparente de que se instale un régimen islamista en Egipto es bajo un régimen autoritario impulsado desde el ejército, algo así como lo que ocurrió en Pakistán con Muhammad Zia-ul-Haq o en Sudán con Omar al Bashir. Otra pregunta sería si Irán va a ser el nuevo Egipto.

Los que han llevado a cabo la revuelta egipcia son mayoritariamente islamistas Especular con la ideología de los cientos de miles de personas que exigían en la paza Tahrir la caída de Mubarak es cuanto menos algo infructuso. Hasta la fecha no existe una encuesta sobre las posturas políticas de los allí reunidos y dudo que se prestasen a ello. Los que sí tenemos son imágenes y videos en los que no aparecen ni cánticos en favor de un régimen islámico, ni quemas de banderas de EEUU o Israel, ni eslóganes a favor de Bin Laden. Lo que sí hemos escuchado son las exigencias de la población una y mil veces: democracia, libertad, trabajo, educación, una vida digna, el fin de la corrupción y el favoritismo o una policía honesta. Por tanto, con los datos que tenemos, nada apunta a que podamos afirmar que los islamistas están liderando las revueltas. Lo que sí está claro es que los egipcios quieren democracia, un 59% así lo afirman en un estudio del PEW Research Center y son datos de antes de que se iniciasen las revueltas.

El mundo musulmán es incompatible con la democracia Falso. Existen en el mundo 48 países con una población mayoritariamente musulmana. Según Freedom House, 6 de ellos son democracias electivas (Senegal, Mali, Turquía, Albania, Bangladesh e Indonesia). Es un pequeño porcentaje pero demuestra en todo caso que un país puede ser musulmán y democrático. Destaca Indonesia, país musulmán más poblado del mundo y una democracia ejemplar en Asia. Freedom House señala además que otros 9 países (Marruecos, Gambia, Burkina Faso, Níger, Líbano, Kuwait, Pakistán, Malasia y Nigeria) son parcialmente libres y tienen cierto nivel de participación política. De los 1571 millones de musulmanes que se estima hay en el mundo más de 980 millones viven en regímenes o democráticos o en proceso de democratización. Destacar que muy probablemente la causa que en la mayoría de países musulmanes o árabes no haya democracia tenga más que ver con sus características geográficas y económicas (son todos países del Tercer Mundo), que con su religión.

La democracia en los países musulmanes lleva al poder a los islamistas De los países mencionados anteriormente, tan sólo uno está gobernado por un partido islamista: Turquía, lo que nos lleva a dos conclusiones. Primero, los islamistas son grupos residuales en la mayoría de países musulmanes democráticos, tan sólo tienen cierta presencia en Turquía, Marruecos, Líbano, Kuwait y Pakistán, pero no son una clara mayoría. En los países no democráticos tienen una mayor presencia social debido a que suelen acoger a la oposición más extremista y se nutren de la frustración surgida de la represión en estos regímenes Segundo, que gobiernen los islamistas no significa ni el fin de la democracia ni un gobierno islamista radical, pongo como ejemplo Turquía, donde durante los últimos años de gobierno del islamista AKP se han llevado a cabo cambios muy positivos como la mejora de la situación de los kurdos o la disminución del papel del ejército en la política. Con ello no pretendo defender a estos partidos políticos, ya que a mi modo de ver la religión, tanto la islámica como la cristiana, no debería estar presente en la política.

La caída de Mubarak traerá la guerra con Israel. Egipto e Israel han entrado en guerra en cuatro ocasiones. Dos de ellas (1956, 1967) iniciadas por Israel y las otras dos (1948, 1973) por Egipto y sus aliados árabes. Por tanto Egipto ha sido una potencia agresora en tanto en cuanto Israel también. Nada indica que vaya a haber una guerra. Israel sigue teniendo el ejército más formidable de la región, contra el cual el ejército egipcio no puede hacer nada. El único peligro que puede provocar un enfrentamiento es el tratado de 1979 firmado por ambos países y en el cual, entre otras cosas, se exige al ejército egipcio que no posicione sus tropas en la península del Sinai, creando una zona desmilitarizada a cientos de kilómetros de la frontera con Israel. La Hermandad Musulmana ya ha denunciado este tratado que considera humillante, pero no se ha manifestado a favor de una guerra contra Israel. El gobierno israelí debe asumir que el tratado deberá ser revisado: por un lado es un tratado denunciado por todos los grupos de oposición egipcios y muy mal visto por la población, no hay que olvidar que entre otras causas las buenas relaciones de Mubarak con Israel han sido uno de los factores que han propiciado su caída. Por otro lado fue negociado por un gobierno ilegítimo y dictatorial que no representaba a la población, por tanto ante un futuro gobierno democrático egipcio, Israel no tiene otra opción que renegociar el tratado. Por último el tratado es un atentado a la soberanía nacional egipcia a la que se le niega el control de parte de su propio país. Por tanto si Israel no entiende esto y se mantiene firme en la defensa del tratado de 1979 sí que se correría el riesgo de un enfrentamiento entre ambos países. Dejando de lado este escenario, un Egipto democrático se mostrará más crítico con Israel que Mubarak, y si partidos islamistas llegan a gobernar es probable que se rompan las relaciones diplomáticas entre los dos países, tal y como exige hoy en día la Hermandad Musulmana. A largo plazo un Egipto democrático será más deseable para Israel que un Egipto no democrático, entre otras cosas porque nunca dos democracias se han declarado la guerra.


Es el 1989 árabe Al igual que Faared Zakaria en la revista Time coincido con él en que más que a la ola revolucionaria que provocó la caída de los regímenes comunistas del Este de Europa entre 1989 y 1991, la ola revolucionaria árabe tiene más que ver con la de 1848. Aquellos que se rebelaron en 1848 y los que lo están haciendo en 2011 tienen las mismas reivindicaciones: libertad y democracia. En ambos casos las revoluciones se difundieron espontáneamente de un país a otro, en 1848 por Europa, en 2011 por el mundo islámico. Las revueltas se vieron impulsadas por su éxito en Francia en 1848, así como ahora han sido avivadas por el éxito en Egipto. Al igual que en la actualidad las revueltas de 1848 tuvieron evolución y suerte diferentes, en algunos países tuvieron gran éxito y en otros se limitaron a enfrentamientos con las autoridades. Las consecuencias de 1848: caída de regímenes, cambios constitucionales o represiones brutales, las de 2011, están por ver pero no serán muy diferentes. La caída del bloque soviético de 1989 a 1991 no tiene nada en común con la situación actual. Los países de Europa Central tenían un sistema político y económico homogéneo, cosa que los países árabes no. Su colapso se debió más a la política novedosa de la potencia tutelar, la URSS y su líder Gorbachov, de no intervenir en los asuntos internos de estos países. En cambio en los países árabes no hay una potencia tutelar, aunque EEUU en cierto modo lo es en algunos casos, y la caída de los regímenes ha sido más debido a asuntos internos que a una coyuntura internacional concreta. De todos modos comparar la situación actual con la de 1848 o 1989 no es de gran utilidad, actualmente estamos viendo un fenómeno histórico único cuya evolución y consecuencias tan sólo podemos intuir.

Hasta aquí los primeros 7 puntos, en el próximo post el resto...