jueves, 14 de abril de 2011

Elecciones en Perú, voto contra el sistema

Keiko Fujimori (www.prensalibre.com)
Ollanta Humala (www.eldeber.com.bo)


El domingo 10 de abril se celebró la primera vuelta de las elecciones presidenciales así como las elecciones legislativas en Perú. Con un modelo económico que ha permitido al país crecer entre un 5% y un 7,7% durante los últimos años, parecía que no había espacio para un candidato que renegase de la política económica neoliberal que desde los noventa ha marcado la pauta en el país andino. Pero de entre los 5 candidatos con mayores posibilidades de pasar a la segunda vuelta según las encuestas, se “colaron” dos antisistema. El primero es Ollanta Humala, que en las últimas elecciones presidenciales de 2006 perdió la segunda vuelta contra el actual presidente Alan García. La segunda, Keiko Fujimori, es hija del ex-presidente peruano Alberto Fujimori que gobernó el país durante la década de los 90 y que actualmente está en prisión condenado a 25 años por corrupción y crímenes de lesa humanidad. Tanto Humala como Keiko Fujimori en sus respectivas campañas electorales han señalado los fallos del sistema; si bien el crecimiento había colocado a Perú como una de las economías más dinámicas a nivel mundial, en las regiones rurales del sur y del interior los beneficios no sólo no se han notado sino que incluso la situación socioeconómica ha empeorado. Los otros tres candidatos proceden del centro-derecha y son defensores del modelo económico neoliberal; el ex-presidente Alejandro Toledo, el ex-alcalde de Lima Luis Castañeda y el ex-ministro de economía con Toledo Pedro Pablo Kuczynski. Tras las elecciones han sido los dos “outsiders” Humala y Keiko Fujimori los que han cosechado un mayor apoyo electoral y los que pasarán a la segunda vuelta de las presidenciales. Esto significa que entre el electorado ha pesado más el malestar por la falta de distribución de los beneficios del crecimiento económico entre toda la población, que los buenos datos macroeconómicos.

¿Cuáles son los datos económicos de Perú? El país andino lleva más de 10 años de crecimiento económico. Es decir, durante el período que comprenden las presidencias de Alejandro Toledo (2001-2006) y Alan García (2006-2011), aunque algunos expertos apuntan a que las bases para este crecimiento se establecieron durante la presidencia de Alberto Fujimori (1990-2000). Pero no ha sido hasta la presidencia de García que el PIB ha crecido de forma exponencial a un ritmo de entre el 5 y el 8%. Desde 2005 Perú ha subido 24 puestos en el Indice de Desarrollo Humano de la ONU. El porcentaje de población que vive con menos de 4 dólares al día ha pasado del 49% en 2005 al 35% en 2011. Además la inflación en el último año se ha mantenido en el 3% (el mejor dato en 70 años) y las reservas superan los 44 mil millones de dólares. El crecimiento se explica por tres razones: las políticas neoliberales aplicadas por los sucesivos gobiernos, que han favorecido la inversión exterior y el surgimiento de nuevas empresas, el aumento del comercio, sobre todo con China su principal socio comercial y la subida exponencial de los precios del oro, del que Perú es el sexto productor mundial, y de la plata, segundo productor mundial. Un cuarto factor que apuntan algunos estudios es el narcotráfico, al que se presupone un peso importante en el crecimiento de la economía, sobre todo en las zonas del interior ya que Perú ha pasado a ser el segundo productor mundial de cocaína. Pero no todo son datos positivos, el crecimiento económico no ha alcanzado a grandes capas de la sociedad peruana, sobre todo en las regiones andinas y de la selva amazónica. Un quinto de la población peruana no tiene acceso a agua potable y un quinto de los niños sufren malnutrición. El 35% de la población sigue sumida en la pobreza y un 18% en la miseria. Por último el país ocupa el puesto número 13 de 17 países de latinoamérica en el Indice de igualdad de oportunidades de la ONU. Por tanto si bien Perú ha coseguido obtener unos datos macreconómicos espectaculares, el gobierno de Alan García se ha demostrado incapaz de distribuir los beneficios a todo el conjunto de la población bien por desinterés o por ineficacia, en ambos casos el actual presidente peruano ha demostrado su incapacidad para gobernar el país. Incluso el Banco Mundial advirtió al presidente García de que debía desarrollar más políticas sociales.

Antes de continuar vamos a conocer las principales características de cada uno de los candidatos y sus propuestas electorales.

Foto: www.elmostrador.cl
Ollanta Humala. Es la segunda vez que se presenta a las elecciones presidenciales peruanas. En 2006 ganó la primera vuelta con el 25,69% de los votos pero perdió la segunda vuelta frente al actual presidente Alan García con el 47,38% de los votos. Si en 2006 era visto como el candidato del presidente venezolano Hugo Chávez debido al apoyo de éste y a la similitud de sus programas políticos, en 2011 ha intentado moderar su retórica y sus propuestas. En 2006 el rechazo de la clase media y alta peruana a su discurso cercano al chavismo le impidió ganar la segunda vuelta, lo que explica que el principal objetivo de Humala durante la campaña haya sido moderar su imagen. Esto parece  haberlo conseguido gracias a la ayuda del equipo de asesores brasileños liderados por Joao Santana que en 2002 consiguieron que Lula ganase las elecciones presidenciales en Brasil. Aún así sus propuestas siguen recordando al chavismo: distribución más equitativa de la riqueza, reforma constitucional, revisión del Tratado de Libre Comercio con los EEUU, más intervención del Estado en la economía, impuestos a las sobreganancias de las mineras y nacionalización de sectores estratégicos como las telecomunicaciones, la energía o los puertos. Los resultados electorales del domingo le han colocado como vencedor de la primera vuelta con el 31,23% de los votos, casi 6 puntos más que en 2006 aunque al no haber alcanzado el 50% de los sufragios tendrá que ir a una segunda vuelta. Sus principales victorias se han producido en el sur donde ha barrido al resto de candidatos. En Lima, importantísima plaza electoral, ha alcanzado el tercer puesto, lo que le augura un buen resultado de cara a la segunda vuelta el 5 de junio. Su electorado está compuesto principalmente por descontentos con el sistema económico que se han visto marginados de los beneficios del gran crecimiento de la economía, sobre todo en las zonas rurales del sur y del interior que siguen muy atrasadas respecto del resto del país. Su partido es el Partido Nacionalista Peruano, nacionalista y socialista, integrado en la Alianza Gana Perú.

Keiko Fujimori. Con el 23,21% de los votos la hija del ex-presidente Fujimori se ha colocado en segunda posición y será quien compita con Humala por la presidencia de Perú en la segunda vuelta. Al igual que Humala, Keiko Fujimori ha atraído al electorado descontento con el desigual reparto de los beneficios del crecimiento económico peruano así como a los seguidores de su padre. Las regiones del interior y del norte del país son las que se han volcado con la candidata. Su populismo de derechas ha atraído al electorado más radical y al 20% de nostálgicos que creen que su padre, Alberto Fujimiro, que gobernó el país con métodos autoritarios entre 1990 y 2000, ha sido el mejor presidente del país. Keiko no ha renunciado al legado de su padre sino que lo ha ensalzado, defendiendo que fue él quien puso las bases para el crecimiento económico actual y quién derrotó al grupo guerrillero comunista Sendero Luminoso. Propuestas polémicas como la reinstauración de la pena de muerte para violadores y asesinos de menores de 7 años han colocado a Keiko en el extremo del panorama político peruano. Keiko lidera el partido derechista Fuerza 2011.

Pedro Pablo Kuczynski. Fue el Ministro de Economía del ex-presidente Alejandro Toledo entre 2001-2002 y 2004-2005 así como Presidente del Consejo de ministros entre 2005 y 2006. Fiel seguidor del modelo económico liberal, el millonaro peruano sentó las bases para el actual modelo de crecimiento en Perú. Ha quedado en tercera posición con el 19,37% de los votos gracias sobre todo a quedar primero en Lima por encima de Humala y Keiko. Su electorado procede casi enteramente de las clases altas y medias urbanas. Conocido en Perú por sus siglas PPK.

Alejandro Toledo. Ha sido el gran derrotado en la primera vuelta de las presidenciales. Favorito durante meses, la entrada en liza de su ex-ministro de economía PPK le ha restado buena parte de los votos de la derecha. Con un 15,23% de los votos ha quedado en un vergonzoso cuarto lugar, más si tenemos en cuenta que fue durante su presidencia (entre 2001 y 2006) cuando se establecieron las bases para el crecimiento económico actual. Se presentó como el candidato del voto seguro ya que era el único que ya había sido presidente con anterioridad. Pero la pérdida de votos a la derecha en favor de PPK y a la izquierda en favor de Humala, sumado a la impopularidad de algunas de sus medidas más liberales como la despenalización del aborto o las uniones homosexuales, le ha empujado finalmente al cuarto lugar. Su partido es el centrista Perú Posible.

Luis Castañeda. Junto a Toledo ha sido el gran derrotado de las elecciones, aunque las encuestas ya lo apuntaban desde hace meses. Cuando anunció su candidatura, el ex alcalde de Lima entre 2003 y 2010 se colocó primero en las encuestas sobre todo gracias al apoyo en la capital. Hasta febrero fue el gran candidato pero su estrella se fue apagando poco a poco en favor de Toledo, PPK y Keiko Fujimori que también luchaban por el electorado del centro derecha y reivindicaban el mismo modelo económico liberal que Castañeda. El ex-alcalde de Lima es el candidato del partido de centro-derecha Solidaridad Nacional.

Alan García presidente de Perú
En resumen los tres candidatos que representaban el continuismo han quedado los últimos, mientras que los dos candidatos que defendían cambios sustanciales en el modelo político y económico han pasado a la segunda vuelta de las presidenciales. Lo que quiere decir que ha pesado más en el electorado la injusticia de un modelo que marginaba a buena parte de la sociedad y del país, sobre todo las regiones del interior y el sur y las áreas rurales e indígenas, que unas cifras macroeconómicas que colocaban a Perú en la cima mundial de economías con un mayor crecimiento. Otra víctima política ha sido el actual presidente Alan García cuya popularidad ronda el 26% y cuyo partido, el histórico APRA anteriormente de centro-izquierda pero desde 2006 virado hacia la derecha liberal, no ha podido ni presentar candidato a las presidenciales debido a la impopularidad de García y a los graves casos de corrupción que afectan a varios miembros del partido. La candidata aprista, la ex-ministra de economía Mercedes Aráoz abandonó la carrera presidencial para no verse salpicada por la corrupción en su partido.

Rojo regiones ganadas por Humala, verde Toledo, naranja Keiko, morado PPK
El 5 de junio se celebrará la segunda vuelta de las presidenciales. Ollanta Humala y Kieko Fujimori intentarán atraer al electorado que votó al resto de rivales de la primera vuelta. En principio Humala lo tiene más difícil para atraer al 40% de votantes que optaron por Toledo, PPK o Castañeda ya que los tres eran candidatos del centro-derecha y sus electorados pertenecen mayoritariamente a las clases altas y medias urbanas, muy recelosas del candidato nacionalista. Keiko Fujimori podría ser el mal menor para estas capas sociales. Pero el pésimo recuerdo de la presidencia de su padre también puede jugar en contra de Keiko Fujimori. Es difícil pensar que el 15% que votó a Toledo, principal rival de Fujimori en el 2000, en la primera vuelta vaya a votar a su hija en la segunda vuelta. Por otro lado para el electorado de PPK o Castañeda el populismo de Keiko, aunque sea de derechas, puede ser igual o más peligroso que el moderado populismo de izquierdas de Humala. En favor de Humala está que ha ganado la primera vuelta con 6 puntos más que en 2006 a pesar de haber una mayor competencia. Por otro lado se ha colocado como tercera opción en Lima con el 21,26%, sólo 1,5 puntos por detrás de Keiko y 5,5 de PPK. Además le ha sacado más de 8 puntos de ventaja a Keiko en la primera vuelta. Por último si en 2006 con una imagen más radical y con el apoyo de Chávez logró un 46% de los votos en la segunda vuelta, en 2011, con una imagen y un programa mucho más moderado y con el apoyo de Lula, mucho más popular en Perú que el presidente venezolano, no es difícil que consiga ganar la presidencia del país.

Lo que han dejado claro las elecciones en Perú es que una vez más el crecimiento económico no tiene porqué ir seguido de una mejor situación para el conjunto de la población. El pueblo peruano ha optado por los dos candidatos que más han criticado el modelo económico y político del país. El premio nobel Mario Vargas Llosa afirmaba muy frívolamente que unas elecciones entre Keiko Fujimori y Humala sería como tener que elegir “entre el cáncer o el sida”, ahí es nada. Los peruanos, llevando la contraria al políticamente fracasado pero genial escritor Vargas Llosa han optado por una elección entre ambos candidatos. Porque las enfermedades de Perú no son sus candidatos, son la misería, la desigualdad, el narcotráfico y la corrupción y contra estos no hay candidatos alternativos.

Candidato
% votos válidos
Nº votos
Ollanta Humala
31,79%
4.526.461
Keiko Fujimori
23,49%
3.344.804
P. P. Kuczynski
18,50%
2.634.381
Alejandro Toledo
15,61%
2.222.064
Luis Castañeda
9,83%
1.399.363

jueves, 7 de abril de 2011

La socialdemocracia ibérica en la encrucijada

Sócrates (izquierda) y Zapatero (derecha) http://www.elmundo.es/mundodinero/2009/01/22/economia/1232662319.html

Con pocos días de diferencia dos acontecimientos políticos han convulsionado la socialdemocracia ibérica. El 23 de marzo el primer ministro portugués José Sócrates, del Partido Socialista, anunciaba su dimisión por el rechazo parlamentario de su paquete de medidas de ajuste. Pocos días después, el 2 de abril, el presidente del gobierno español Jose Luís Rodríguez Zapatero, del Partido Socialista Obrero Español, anunciaba que no se presentaría como cabeza de lista a las elecciones generales de 2012. La crisis económica parecía llevarse por delante a dos de los principales líderes del centro-izquierda europeo, que han gobernado la península durante los últimos 7 años. España y Portugal han sido durante los últimos años el reducto socialdemócrata en una Europa gobernada por partidos conservadores y han pagado un alto precio por ello. La presión de los mercados, de los especuladores, del gobierno alemán y de la Unión Europea llevaron a ambos líderes a dar un giro de 180º a sus políticas económicas y a perder el apoyo electoral de sus votantes más a la izquierda. 

Los partidos de la oposición en Madrid y Lisboa, el Partido Popular en España y el Partido Social-Demócrata (socialdemócrata sólo en el nombre) en Portugal, ambos conservadores, han capitalizado la impopularidad de los gobiernos del PSOE y el PS por sus medidas de ajuste y por el deterioro de la situación económica. Pero aún llevando a cabo una política más propia de la derecha liberal, impuesta desde Bruselas y Berlín, los socialdemócratas han visto como sus reformas eran rechazadas sistemáticamente por los conservadores, poniendo en peligro la estabilidad político-económica de estos países. Si en España las medidas pudieron ser aprobadas gracias al apoyo de algunos partidos nacionalistas de centro-derecha (principalmente del País Vasco y Cataluña), en Portugal el gobierno, en minoría, no logró nuevas adhesiones a sus paquetes de austeridad. Lo que ha obligado al primer ministro portugués a dimitir y a la celebración de elecciones anticipadas. Los partidos conservadores, tanto en Portugal como en España, han antepuesto su interés por desestabilizar al gobierno al interés nacional, rechazando unos paquetes de reformas que hubiesen alejado el riesgo de que sus países fuesen intervenidos. Estos partidos han demostrado una gran irresponsabilidad y han sido criticados incluso en foros nada izquierdistas como el Financial Times o por líderes europeos como la Canciller Angela Merkel. Antes de proseguir el análisis expongo una breve comparación entre los dos perfiles políticos de Sócrates y Zapatero y la situación económica en sus respectivos países.

Nombre José Sócrates
Edad 53
Partido Político Partido Socialista (PS)
Cargo Primer Ministro de la República portuguesa
En el cargo desde 12 marzo 2005
% voto en últimas elecciones 36,56%
Nº votos en últimas elecciones 2.077.238
Mejor resultado electoral 45,03% en las elecciones de febrero de 2005

% votos según últimas encuestas 33%
Próximas elecciones elecciones anticipadas del 5 de junio de 2011
Futuro político depende de las elecciones del 5 junio
Posibles Sucesores Antonio Costa, alcalde de Lisboa, Francisco Assis, líder parlamentario del PS
Líder de la oposición Passos Coelho, líder del partido de centro-derecha PSD
PIB del país 168.046 millones de euros
Tasa de Paro 10,9%
Crecimiento del PIB en 2009 -2,58%
Previsiones del crecimiento del PIB 1,3% para 2010, -1,3% para 2011
Déficit presupuestario 8,6%
Deuda pública  83,2% del PIB
Interés de la deuda 9,6% a 5 años, 8,3% a 10 años
Rescate 79 mil millones de euros

Nombre Jose Luis Rodríguez Zapatero
Edad 51
Partido Político Partido Socialista Obrero Español (PSOE)
Cargo Presidente del gobierno de España
En el cargo desde 17 abril de 2004
% voto en últimas elecciones 43,87%
Nº votos en últimas elecciones 11.288.698
Mejor resultado electoral 43,87% en las elecciones de marzo de 2008
% votos segun últimas encuestas 28,3%
Próximas elecciones autonómicas y locales el 22 de mayo de 2011
Futuro político deja la presidencia tras las elecciones generales de 2012
Posibles Sucesores Alfredo Pérez Rubalcaba, Vicepresidente y Ministro del Interior, Carme Chacón, Ministra de Defensa
Líder de la oposición Mariano Rajoy, líder del partido conservador PP
PIB del país 1.053.914 millones de euros
Tasa de Paro 20,2%
Crecimiento del PIB en 2009 -3,72
Previsiones de crecimiento del PIB -0,1% en 2010, 1,3% en 2011
Déficit presupuestario 9,3%
Deuda pública 63,4% del PIB
Interés de la deuda 3,56% a 3 años, 5,2% a 10 años
Posible Rescate 474 mil millones de euros

Como podéis ver existen importantes paralelismos entre Sócrates y Zapatero. Pertenecen a la misma generación, la que ha relevado a aquellos socialdemócratas que por primera vez gobernaron tras el fin de las dictaduras ibéricas (la de Salazar en Portugal y Franco en España). Ambos llegaron al poder en fechas cercanas, Zapatero en la primavera de 2004 y Sócrates tan sólo un año después. La situación económica es desastrosa en los dos países, tanto por las consecuencias de la crisis económica, las características de las economías nacionales (la burbuja inmobiliaria en España, o la pésima gestión en Portugal), la mala administración de las consecuencias de la crisis y por las medidas impuestas desde Bruselas. España se encuentra en una mejor situación en el mercado de la deuda, sobre todo gracias a las medidas de reforma y austeridad aplicadas por el gobierno de Zapatero, en cambio la tasa de paro dobla a la del vecino portugués. En Portugal el problema del déficit presupuestario es ya endémico y aunque su déficit actual es ligeramente inferior al de España su deuda pública acumulada es hasta 20 puntos superior. En cuanto a las previsiones económicas, las instituciones internacionales prevén que Portugal vuelva a caer en recesión, la enésima desde el 2001, mientras que se espera una lenta recuperación de la economía española para 2011.

Las consecuencias políticas de todo ello es que tanto Sócrates como Zapatero se encuentran en una situación política muy difícil. El presidente español ha debido anunciar su renuncia a presentarse como cabeza de lista del PSOE en las próximas elecciones generales de 2012. Su gran impopularidad y los malos resultados en las encuestas, que si se cumpliesen supondrían los peores resultados del PSOE en toda la historia de la democracia española y la mayoría absoluta del PP, le han empujado a ello. Pero Zapatero seguirá gobernando hasta que las elecciones de 2012. Mientras tanto la agenda del PSOE se enfrenta a numerosos retos. El 22 de mayo se celebrarán las elecciones autonómicas (regionales) y municipales (locales) en España donde se espera que el PSOE sufra una primera derrota electoral de envergadura. La gran mayoría de regiones y ciudades gobernadas en la actualidad por los socialdemócratas se encuentran en peligro de ser perdidas a favor de los conservadores del PP. No es casualidad que Zapatero haya anunciado su renuncia a presentarse en 2012 antes del 22 de mayo, ya que los candidatos del PSOE en las elecciones regionales y municipales no querían verse afectados por la impopularidad de su presidente. Tras las elecciones se abrirá un proceso de primarias en las que presumiblemente varios candidatos se presentarán para ser el cabeza de lista del PSOE en las elecciones de 2012 en sustitución de Zapatero. Por ahora se apuntan dos posibles candidatos, el vicepresidente y ministro del interior Alfredo Pérez Rubalcaba y la Ministra de Defensa Carme Chacón. El candidato que logre el apoyo del partido tiene la titánica tarea de reducir los 15 puntos porcentuales que separan al PSOE del PP en intención de voto. Mientras tanto la política en Portugal también se encuentra muy agitada. La dimisión de Sócrates y la posterior convocatoria de elecciones anticipadas para el 5 de junio las convierten en un auténtico plebiscito sobre el gobierno del PS. Sócrates seguirá siendo el candidato socialdemócrata a pesar del poco apoyo electoral del que disfruta, un 33% según las últimas encuestas. En el otro lado se encuentra Passos Coelho, líder del conservador PSD que con una intención de voto del 39% se coloca como previsible vencedor, aunque muy lejos de la mayoría absoluta, lo que le llevará a buscar alianzas con otros partidos.


Ante este tétrico panorama podemos intuir que la socialdemocracia ibérica comienza un largo paseo por el desierto que ya están sufriendo sus colegas alemanes, franceses, o italianos. Pero los partidos conservadores de España y Portugal no deberían celebrar la victoria antes de hora. En España la retirada de Zapatero de la carrera a la presidencia en 2012 supone un nuevo aire para el PSOE. Ya sólo con la elección de un nuevo candidato el PSOE recortará la distancia con el PP en varios puntos porcentuales. Por otro lado la situación económica española mejora, muy poco a poco, pero lo hace, y en un año es previsible que la sociedad comience a percibirlo. Por el otro lado el PP se encuentra con un candidato, Mariano Rajoy, muy poco valorado en las encuestas, a pesar de conseguir una intención de voto altísima gracias al desgaste del gobierno. Además los conservadores se encuentran con numerosos casos de corrupción en proceso de investigación que afectan a sus gobiernos regionales en Madrid y la Comunidad Valenciana y que amenazan con salpicar a todo el partido. Por último las encuestas no acaban de ser históricamente muy fiables para el PP. En el año 1993 las encuestas preveían una mayoría absoluta para el PP, al final el PSOE ganó por más de un millón de votos. En 1996 las encuestas le daban una ventaja al PP de más de 15 puntos, al final acabó ganando el partido conservador pero por una diferencia de tan sólo 300 mil votos. En 2004 la mayoría de las encuestas apuntaban a una victoria del PP, en algunos casos incluso con mayoría absoluta, y finalmente ganó el PSOE.


En Portugal los socialdemócratas tampoco se encuentran ante un escenario tan negro como el que se podría imaginar. Tan sólo 6 puntos separan la intención de voto del PS y del PSD, y todavía quedan 60 días para la celebración de las elecciones. Conforme el PSD vaya explicando las reformas económicas que quiere hacer, que no son muy diferentes de las que rechazó en el parlamento provocando la crisis política actual, es muy probable que el PS vaya recortando distancias. Además debido al sistema político portugués, con dos partidos grandes, el PS y el PSD, y tres medianos, el CDS-PP conservador, el Bloco Esquerda, anti-capitalista, y el PCP comunista, los socialdemócratas aún tienen un importante papel que desempeñar. El PSD estaría muy lejos de lograr una mayoría absoluta, incluso gobernando junto al CDS-PP es posible que no la alcance. Si el PS recorta algo la distancia con los conservadores durante las siguientes semanas, podemos ver un gobierno de coalición entre PSD-PS, aunque los socialdemócratas deberán sacrificar a Sócrates para seguir formando parte del gobierno.


Los siguientes meses van a ser decisivos para los partidos socialdemócratas ibéricos. Si bien Zapatero y Sócrates se encuentra al final de su carrera política, al menos en la primera fila, sus partidos pueden sobrevivirles con buenos resultados. Un nuevo candidato del PSOE podría ganar en 2012 en España, y un PS fuerte podría seguir gobernando en Lisboa, aún teniendo que compartir el poder con el PSD. Pero los socialdemócratas, si no demuestran que saben administrar bien las consecuencias de la crisis en sus países, se pueden encontrar en pocos meses ocupando las bancadas de la oposición por muchos años.
Mariano Rajoy (izquierda) y Passos Coelho (derecha)







viernes, 1 de abril de 2011

Bienvenidos a la República Independiente de Cirenaica

Las 3 regiones que forman Libia
A pesar de que los ataques aéreos de las fuerzas de Gaddafi han cesado gracias a la zona de exclusión aérea, los rebeldes siguen encontrándose con serias dificultades a la hora de avanzar hacia Trípoli. Si la semana pasada las fuerzas rebeldes reconquistaban Ajdabiya y Ras Lanuf y su avance hacia Sirte, ciudad natal de Gaddafi, parecía imparable, esta semana los rebeldes han retrocedido hasta Brega a pocos kilómetros de Bengazi, capital de la revuelta. Mientras tanto el cerco se estrecha en torno a Misratah, única ciudad del Oeste del país todavía en manos de los rebeldes. La comunidad internacional ha caído en la cuenta de que quizá el régimen gaddafista tenga un mayor apoyo entre la población de lo que parecía durante los primeros días de la revuelta. Además comienzan a surgir serias discrepancias entre los rebeldes afincados en la región de Cirenaica, al Este del país, y los movimientos de protesta en Trípoli y el resto de Libia. Lo que aún parece no haber entendido la comunidad internacional es el trasfondo de la situación en Libia, la guerra es en realidad una lucha entre las tribus del Este del país y las del Oeste por el poder. Dos regiones con un pasado histórico muy diferente y que fueron obligadas a convivir bajo las fronteras de un estado artificial, Libia, fruto del colonialismo europeo.

Guerra civil Libia: verde Gaddafi, marrón Rebeldes
La Libia actual fue creada durante los años 30 por el colonialismo italiano. Es el fruto de la unión de tres países con un pasado histórico muy diferenciado; Cirenaica, Tripolitana y Fezzan. Las dos primeras suponen la gran parte de la población de Libia, mientras que Fezzan es una región desértica muy poco poblada. La Cirenaica y la Tripolitana, a pesar de haber sido forzadas a crear un único Estado por los europeos, no han compartido un pasado histórico común. Además no en pocas ocasiones se han encontrado en bandos rivales. La historia de la Libia independiente ha sido la lucha entre las tribus de la Cirenaica y las de la Tripolitana por gobernar el país. Los acontecimientos de febrero-marzo de 2011 son un capítulo más, el más violento de todos ellos, de esta lucha por el poder en Libia de dos regiones que fueron obligadas a coexistir bajo un mismo gobierno, a pesar de no compartir un objetivo nacional común

La historia de estas dos regiones se retrotrae hasta el primer milenio antes de Cristo. Por entonces la denominación “Libia” se refería a la zona del continente africano que por entonces ya se conocía, limitando al Este con Egipto, al Oeste con la actual Argelia y al Sur con el Sahara. Por tanto no se refería a ninguna comunidad cultural sino más bien a una macro-región. Por entonces los llamados libios pertenecían a diversas tribus que desde el Oeste de Egipto intentaban penetrar, a veces pacíficamente otras violentamente, al Valle del Nilo. La presencia de estas tribus en las fronteras orientales de Egipto data de los primeros faraones y la penetración libia en algunos momentos fue tal que en llegaron a fundar sus propias dinastías faraónicas, sobre todo durante períodos de inestabilidad en el país del Nilo. Pero las regiones que actualmente forman Libia no fueron influenciadas por estas tribus, ya que eran zonas apartadas de los núcleos de civilización y muy despobladas. Por lo tanto no se puede hablar de la existencia de un referente histórico de la nación libia. No fue hasta el siglo VIII a.C. que se fundaron los primeros núcleos urbanos y comerciales en las costas libias. En la Cirenaica fueron los griegos los que fundaron las primeras colonias mientras que sus rivales, los fenicios, las fundaron en la actual Tripolitana. Ya desde los primeros capítulos de su historia, ambas regiones siguieron caminos muy diferenciados. Durante los siguientes siglos las colonias griegas en la Cirenaica formarían la Pentápolis, federación de ciudades independientes gobernadas bajo un sistema republicano. En cambio las colonias fenicias en la Tripolitana seguirían dependiendo de sus metrópolis, principalmente de Tiro. El auge del imperio persa en el siglo VI supuso un cambio importante para ambas regiones. La Pentápolis fue invadida por los persas y pasó a constituirse en satrapía del Imperio Persa o Aqueménida. Con la conquista de Fenicia por los persas y de su ciudad más importante, Tiro, las colonias fenicias en las costas libias pasaron a depender de Cartago, también antigua colonia de Tiro que tomó el relevo como principal potencia comercial en el Mediterráneo.

En el año 332 a.C. la Pentapolis sería liberada del yugo persa por el rey macedonio Alejando Magno. A su muerte la Cirenaica entraría en la zona de influencia del general Ptolomeo, cuya dinastía pasó a gobernar Egipto. La Tripolitana en cambio pasaría a manos de Roma en 146 a.C. tras vencer ésta a Cartago durante la tercera guerra púnica. En el año 96 a.C. sería la Cirenaica la que entraría en la órbita de Roma, debido a las guerras fratricidas entre miembros de la familia real ptolemaica. Hasta el siglo V ambas regiones serían gobernadas por Roma, pero perteneciendo a dos provincias diferentes; la Cirenaica junto a la isla de Creta formaría una provincia, mientras que la región occidental de Libia pertenecería a la África Proconsular con capital en Cartago. La caída del Imperio Romano supondría de nuevo la división de la futura Libia entre dos reinos diferentes. Mientras que la Cirenaica siguió durante dos siglos más bajo el control del Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino la Tripolitana fue gobernada por los vándalos, aunque en el siglo VI volvió a ser reconquistada por los bizantinos. Durante la conquista musulmana en el siglo VII la Cirenaica y la Tripolitana volvieron a estar gobernadas por el mismo imperio, en este caso el Califato. Pero en cuanto éste se disgregó en pequeñas dinastías locales las dos regiones volvieron a recorrer caminos separados. La Cirenaica se vería influenciada por las dinastías que gobernaban en Egipto mientras que la Tripolitana estaría gobernada por las dinastías del Magreb. Entre el siglo XII y el XVI las dinastías musulmanas se irían sucediendo pero ninguna volvería a unificar las costas libias. Durante esta primera época de dominio musulmán se irían formando los clanes y tribus que actualmente dominan la sociedad y la política libias, algunas de estas tribus vinieron directamente de la península arábiga como los Beni Salim y Beni Hilal durante esta época.

Bandera de la Monarquía Libia
Es a partir del siglo XVI con el dominio turco, cuando la Tripolitana y la Cirenaica pasan a formar una única unidad política, inicialmente bajo la supremacía de Trípoli. Hasta la invasión italiana de 1911 la región estaría unificada bajo el vilayato de Trípoli y las tribus occidentales se impondrían a las orientales. Cirenaica pasaba a ser una región secundaria. Pero la invasión italiana cambió la ecuación. En busca de una figura local que estabilizara la región recién conquistada a los turcos, los italianos se apoyaron en Idris, líder de la hermandad de los Sanusi y nombrado emir de la Cirenaica gracias al apoyo británico. En 1934 los italianos unificaban la Cirenaica, la Tripolitana y la región desértica de Fezzan bajo una nueva entidad político-administrativa, Libia. La expulsión de los italianos de Libia durante la Segunda Guerra Mundial supuso la apertura del debate sobre el futuro del país. El emir Idris proclamó en 1949 la independencia de Cirenaica apoyado por los líderes de las tribus de la región. En cambio otros sectores más modernizadores de la hermandad de los sanusi preferían una Libia unida. Finalmente las Naciones Unidas optaron por que Cirenaica, Tripolitana y Fezzan continuaran unidas y formaran el reino independente de Libia. A pesar de que la capital recaería en Trípoli, las tribus de la Cirenaica se hacían con el control de todo el país. El emir de Cirenaica Idris pasaría a ser rey de toda Libia y la nueva bandera nacional sería la de los Sanusi.

El rey Idris (derecha) con el presidente egipcio Nasser
Entre 1951, cuando formalmente se independizó Libia, hasta 1967 la monarquía pro-occidental del rey Idris se apoyaría políticamente en las tribus de la región de Cirenaica, que a pesar de constituir un 25% de la población total del país, ocupaban los principales puestos de poder. En 1967 el ejército, liderado por el joven coronel Gaddafi de la tribu occidental de los Gaddafa, dio un golpe de Estado y destronó al rey Idris. No sólo provocó la caída de la monarquía en Libia sino que el triunfo de Gaddafi supuso la vuelta la poder de las tribus de la Tripolitana, que habían sido dejadas de lado durante el reinado de Idris a pesar de constituir el 65% de la población. Desde entonces y hasta 2011 el poder lo han detentado las tribus de la Tripolitana, mietras que la region oriental de Cirenaica ha pasado a un segundo plano. El triunfo de la revolución de 2011 en la Cirenaica, donde los rebeldes se han atrincherado, y el fracaso de ésta en la Tripolitana, donde las tribus han seguido apoyando a Gaddafi, supone un episodio más de la lucha entre las dos regiones por conseguir dominar el conjunto del país. La población de Misratah, única ciudad occidental en manos de los rebeldes, pertenece mayoritariamente a la tribu Misratah que goza de una importante presencia en Bengazi y Darnah, ciudades de la Cirenaica, lo que explica su postura contraria al régimen.

Rebelde con foto del rey Idris
La comunidad internacional debe de entender que detrás de la rebelión hay un trasfondo nacional que debe de solucionarse de cara a un futuro estable para la región. El triunfo de los rebeldes de Cirenaica puede suponer la marginación de la parte Occidental del país y por tanto convertir Libia en escenario de futuros enfrentamientos. La realidad nacional de Libia obliga a que se adopte un sistema político especial, bien un estado federal donde ambas regiones compartan el poder o bien la división de Libia en dos nuevos países. Una república independiente de Cirenaica podría seguir el ejemplo de Sudán del Sur, escindido de Sudán hace tan sólo unos meses. Si no se soluciona el conflicto entre el Este y el Oeste de Libia, entre la Tripolitana y la Cirenaica, ambos bandos optaran por métodos violentos y autoritarios para intentar imponerse al bando rival.